Programas televisivos producen conductas violentas
entre los niños
La radio y televisión culturales
deben ofrecer nuevas posibilidades a la población infantil.
En el Taller sobre el chiste como
reproductor de la violencia de género organizado por la Secretaría de los
Migrantes y la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo se evidenció la
violencia que se filtra en el manejo cotidiano del lenguaje en lo que pareciera
ser la expresión de una naturaleza cultural que despertó las interrogantes
sobre el origen de una propensión casi innata a los comportamientos violentos.
Frente a tal cuestionamiento resulta propicio atender los señalamientos que la
académica de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS) de la UNAM, María
Guadalupe Cortés Osorno, hace respecto a la figura tutelar que la televisión
juega en la formación de niños y jóvenes: “A la edad de 15 años, cada persona
ha presenciado un promedio de siete mil 300 crímenes a través de la televisión.
Así, la exposición continua a esta programación genera la elevación del umbral
de tolerancia frente a los hechos sociales violentos de la vida cotidiana y se
pierde la capacidad de asombro y de solidaridad para combatir los delitos, el
abuso de cualquier tipo hacia la niñez o la brutalidad hacia las mujeres”.
Datos del Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en México revelan que los niños en
México invierten anualmente un promedio de 2 mil horas dedicadas a ver la
televisión, mientras que a la escuela dedican sólo 700 horas. A esto hay que
añadirle que en la escuela, ahora las tareas deben ser investigadas por medio
de Internet (pues tiene información más actualizada y que es mucho más rápido
que investigar en un libro) Si la simple observación de la realidad no basta
para ser concientes de la incidencia de la televisión, estas estadísticas
confirman su poder de informar, formar y motivar a la acción concreta.
Sobre todo en los programas
infantiles como las caricaturas y las telenovelas, es donde predomina el
erotismo y la violencia, pues los publicistas tienen un amplio conocimiento
sobre los ritmos de la sociedad y por ello saben a quién destinar los mensajes
y en qué horarios.
Dentro de lo que es la televisión
pública, no hay un horario en el cual indique el tipo de programas televisivos
que deben ser transmitidos o como bien se menciona los comerciales, pues
durante el día se pueden llegar a ver comerciales como el de “condones M” o
“condones sico”, donde se muestra cierto grado de erotismo; al igual transmiten
el comercial de “Zucaritas” en donde siempre practican algún deporte, pero al
consumir el producto se pueden hacer cosas maravillosas o con la propaganda de
Burger King que al fin y al cabo son productos nocivos para la salud, pero que
tienen un gran impacto dentro de la “economía de la gente”.
Su mal empleo del idioma es el que
hace que los niños adquieran ese lenguaje, desgraciadamente los niños se han
convertido en el principal foco principal de consumo, hay veces en las que los
papás comparten muy poco tiempo con sus hijos y cuando lo hacen es para ver
televisión, no está mal, de hecho es una buena manera para que compartan con
ellos otros tipos de programas y a los niños les agrade ver eso.
Al estar expuesto a todo tipo de
programación violenta, en la infancia, en vez de inculcar valores hacemos lo
contrario, solo estamos retroalimentándonos con antivalores. Además dentro de
la infancia ver televisión que provoca: probablemente que carezca de léxico
para poder comunicarse, por lo que es mejor regalarle un libro, que estar
viendo televisión. Implementar dentro de la familia y la escuela la cultura de
leer, para poder desarrollarnos de una manera “adecuada”.